Descripción
Variedades criollas
Arrancamos marzo con una cata de variedades criollas, con capacidad para 12 personas.
Los vinos
Vía Revolucionaria Moscatel Pink Panter 2023
Pequeños Parceleros de la Quebrada Criolla de Purmamarca Blanco 2022
Otronia Lagunar Torrontés 2021
Sierra Lima Alfa Sacha Naranjo Torrontés 2020
Cara Sur Criolla 2023
Pequeños Parceleros Don Pilar 2022
Cara Sur Parcela La Totora Criolla 2022
Pedro Parra Vinista Pais 2018
Alta-Yarí Torrontés 4 Nevadas
La comida
Pan + Manteca de Leche Cruda de Lobos + Anchoas de Mar del Plata de Hernán Vivas + Sal de Aquí
Quesos blandos, semiduros y duros de vaca, cabra y/o oveja
Charcutería (Mortadella, Bressaola, Pastrami)
Mollejas
Hongos
Entraña
Tomates + Pelones + Menta
Higos
$96.000/persona
Aplican descuentos para Miembros del Club
Dónde
Juramento 1289 (entre Miñones & Artilleros) · Bajo Belgrano
Cuándo
jueves 6 de marzo de 2025, a las 19hs
Las variedades criollas son un grupo de cepas que se remontan a la época colonial, cuando los colonizadores españoles introdujeron la Vitis vinifera en Sudamérica. Entre ellas, la Criolla Chica (también conocida como País en Chile y Mission en EE.UU.) es una de las más antiguas, produciendo vinos ligeros y frescos con notas de fruta roja y hierbas. La Criolla Grande, un híbrido posterior, es más vigorosa y ampliamente plantada, utilizada históricamente para vinos de mesa, pero recientemente redescubierta por su potencial en vinificaciones de calidad. El Moscatel Blanco y el Moscatel Tinto, ambos parte de la familia Moscatel, aportan perfiles intensamente aromáticos, con notas florales y cítricas ideales para vinos tranquilos y fortificados.
Una de las variedades criollas más distintivas de Argentina es el Torrontés, especialmente el Torrontés Riojano, reconocido por su carácter altamente perfumado, con aromas de jazmín, azahar y frutas tropicales. Se desarrolla en altitudes elevadas, particularmente en Salta, donde la combinación de altura y clima seco realza su intensidad aromática. También existen el Torrontés Sanjuanino y el Torrontés Mendocino, menos expresivos pero igualmente parte del rico patrimonio criollo del país. Estas variedades, históricamente subestimadas frente a cepas europeas, están experimentando un renacimiento gracias a productores que buscan expresar la identidad y el terroir argentinos.
En Chile, la País es la equivalente a la Criolla Chica en Argentina y ha sido fundamental en la historia vitivinícola del país. Considerada durante mucho tiempo una variedad rústica para vinos simples, hoy está siendo revalorizada por su frescura, acidez vibrante y notas de fruta roja, dando lugar a vinos ligeros y expresivos.