Descripción
Paraje Altamira, San Carlos, Mendoza
1.100msnm
Bodega Altos Las Hormigas
Alberto Antonini · Attilio Pagli · Leo Erazo
Composición varietal
Malbec 100%
Composición del suelo
Limo-arenoso con piedras y gravas de gran tamaño cubiertas de carbonato de calcio
Graduación alcohólica
13.6º
Crianza
15 meses en foudres de roble francés sin tostar de 3.500 litros y piletas de concreto
Altos Las Hormigas es el proyecto ítalo-chileno de Antonio Morescalchi, Alberto Antonini, Attilio Pagli, Pedro Parra, Albert Cussen, Pedro Donoso y Patricio Bustamante en el corazón de Mendoza, inicialmente en Luján de Cuyo donde tienen la bodega y 211 hectáreas de tierra donde sembraron 47 hectáreas de Malbec entre 1996 y 2012 y otras seis hectáreas de Bonarda en el 2007. Posteriormente sembraron 54 hectáreas en Altamira en el Valle de Uco, en su mayoría Malbec con algo de Bonarda y Semillón para mantener la biodiversidad. Cosecharon las primeras uvas de Jardín de Altamira en 2020. Desde la cosecha 2020 contrataron a un joven enólogo argentino llamado Federico Gambetta.
Este Malbec de Paraje Altamira muestra la tensión y sutileza que los grandes vinos de esta apelación pueden lograr. Las uvas de cada cuartel son elaboradas de manera diferenciada, previamente seleccionadas. Fermenta, con levaduras indígenas, en piletas de concreto sin epoxi. Extracción mínima, fermentación semi-reductiva. Crianza es de 15 meses, 50% en piletas de concreto y 50% en foudres de roble francés sin tostar de 3500 litros y luego pasa por lo menos 12 meses en botella. Es un vino donde la paciencia es premiada por los distintos matices que se van desplegando en la copa. Un vino de muchas capas, sutil y grácil, pero de una estructura fundamental que sostiene y alarga la sensación del vino en la boca, es la columna vertebral que evoca al suelo de origen calcáreo, de donde provienen las uvas.
“Una clara expresión de una añada fresca que ha dado vinos de mucha claridad frutal y, a la vez, una foto en HD de Altamira, de un viñedo que Altos Las Hormigas plantó en 2017 y que hoy es una de sus fuentes principales de uva. Este tiene un 65% de crianza en concreto y el resto en roble; una novedad, ya que hasta la cosecha pasada, el vino se criaba 100% en toneles de 3.500 litros. Tratando de conservar la fruta fresca de la cosecha y evitar la oxidación, hoy no hay crianza en madera, y lo que se obtiene es un malbec muy ligado a su lugar, a los suelos pedregosos y calcáreos de esa zona de Uco, que dan texturas firmes y taninos agudos y angulares. Las frutas rojas vibrantes se acompañan de notas florales y herbales. Un vino que, más que malbec, es un tinto de lugar.” – Patricio Tapia